La RE2020 ha causado un gran revuelo desde que se anunció a principios de 2020, año en el que se suponía que iba a aplicarse. Sin embargo, ante el enfado de los profesionales del sector y la crisis sanitaria, ya se ha pospuesto varias veces y ahora será obligatorio a partir de enero de 2022. Los requisitos serán cada vez mayores y dependerán de los sectores.
¿Qué exige exactamente esta nueva normativa? ¿Qué cambios hay con respecto a la anterior normativa térmica RT2012? ¿Cuáles son las consecuencias para el sector de la construcción?
Los objetivos de RE2020
En Francia, el sector de la construcción representa una cuarta parte de las emisiones de CO2 del país y el 44% del consumo de energía. Estas cifras deben reducirse para el Gobierno, que se comprometió durante la COP21 y en su Ley de Energía y Clima a lograr la neutralidad en carbono para 2050.
El proyecto de un nuevo reglamento de la ley «Evolution du Logement, de l’Aménagement et du Numérique» (ELAN) ha surgido así para sustituir al anterior RT2012, que sólo se centraba en la mejora térmica de los edificios. La RE2020 tendrá en cuenta más criterios y añadirá la huella ambiental del edificio y su construcción, así como la producción de energía.
Los objetivos de la RB son, por tanto, reducir el impacto del carbono en los edificios y seguir mejorando su rendimiento energético, algo que ya se había iniciado con la RT2012. Los profesionales también tendrán que garantizar el frescor durante los calurosos veranos. Se utilizarán diferentes indicadores e índices para medir el rendimiento de los nuevos edificios.
El gobierno quiere aumentar el número de edificios de energía positiva, que producen más energía de la que consumen.
Un proyecto ambicioso que, obviamente, no podía llevarse a cabo sin consultar a los profesionales del sector. Una consulta que explica el retraso de la introducción de la ley, muchos actores de la construcción y de la industria denunciando la nueva normativa y los plazos de aplicación de ésta, juzgados demasiado cortos para adaptarse.
¿Qué cambia para los profesionales?
En los próximos años se pondrán en marcha varias normativas nuevas.
Entre ellos, se refuerza el indicador de necesidades bioclimáticas (Bbio). Este indicador representa las necesidades energéticas intrínsecas del edificio. Debe reducirse en un 30% para los edificios nuevos, y considerarse tanto en invierno como en verano.
Otro pilar de la RE2020 es la reducción del RPC (consumo de energía primaria convencional del proyecto), que incluye la calefacción y la refrigeración y la iluminación. Las necesidades de refrigeración, que antes no se tenían en cuenta, se incluirán ahora y no deberán superar un determinado umbral.
El objetivo del Gobierno es reducir al máximo las emisiones de carbono y, a largo plazo, excluir por completo la calefacción exclusivamente con combustibles fósiles, como el gas.
También se introducirá un umbral máximo para el uso de energía no renovable con el fin de fomentar la producción y el uso de energía no renovable y evitar una explosión de la calefacción de las tostadoras eléctricas.
Por último, el controvertido análisis del ciclo de vida (ACV) preocupa mucho a las industrias del hormigón, la construcción metálica y la lana mineral, ya que favorece mucho a la madera y a los materiales de origen biológico. De hecho, el ACV valora la capacidad de los materiales para almacenar carbono en los edificios, mientras que penaliza los materiales que emiten carbono durante su producción.
El Gobierno no quiere dar marcha atrás en este criterio, pero asegura que cada sector tendrá su lugar siempre que se reduzcan las emisiones de CO2 tal y como especifica la normativa. Por lo tanto, los sectores más contaminantes tendrán que tratar de encontrar su lugar a través de la innovación para reducir su impacto ecológico en los próximos meses y años.
La exposición LowCarbon World, en la que participaremos los días 23 y 24 de junio, abordará los temas de innovación para la preservación del medio ambiente. No dude en inscribirse gratuitamente haciendo clic en el enlace para acceder a las intervenciones y eventos.
Los beneficios de RE2020
A pesar de las críticas que pueda recibir, lo normal es que la aplicación del ER2020 aporte una serie de beneficios.
Lo primero y más importante, por supuesto, es la reducción del impacto de los edificios en el medio ambiente, en particular gracias a los requisitos relativos al aislamiento. El objetivo es calentar lo menos posible para reducir al máximo los costes energéticos de los edificios. Este nuevo aislamiento de alto rendimiento también reducirá el ruido (tanto en el exterior como en el interior), mantendrá el interior fresco incluso cuando haga calor y, por tanto, mejorará el confort de los habitantes. Por último, a pesar de una mayor inversión en el momento de la construcción (del 5 al 15%), el coste de un edificio con certificación RE2020 es mucho más económico a largo plazo gracias al ahorro de energía y al menor desgaste de los equipos.
En conclusión
Los profesionales del sector coinciden con el Gobierno en lo esencial del proyecto: la reducción del impacto de la construcción en el medio ambiente y la disminución de las emisiones de CO2. Es en el formulario donde surge el problema y probablemente habrá que seguir haciendo ajustes en el futuro para que la nueva normativa sea aplicada por todos sin penalizar a los profesionales ni a los futuros beneficiarios.